Para los sinus lift, como ocurre en implantología, se pueden utilizar varios tipos de injertos óseos según las indicaciones clínicas y las necesidades del profesional.
El aloinjerto, procedente de hueso humano tratado y viroinactivado, tiene la ventaja de no requerir un segundo sitio quirúrgico, lo que reduce la duración de la operación. Permite una cantidad ilimitada de injertos y ofrece buenas propiedades osteoconductoras. En cambio, no posee propiedades osteogénicas, a diferencia del autoinjerto (injerto procedente del propio paciente receptor), y su uso se rige por una normativa específica, distinta de la aplicable a los productos sanitarios.
El xenoinjerto, procedente de huesos de origen animal, comparte algunas ventajas similares: ausencia de extracción adicional, reducción del tiempo de operación y disponibilidad ilimitada. Además, tiene la categoría de producto sanitario. Sin embargo, no presenta propiedades osteogénicas y es poco remodelable, lo que puede limitar su integración completa.
Por último, los sustitutos óseos sintéticos, producidos en laboratorio, representan una alternativa fiable y económica. Permiten evitar una segundo sitio quirúrgico, reducen la duración de la operación y proporcionan una cantidad ilimitada de injertos, con la ventaja adicional de tener un coste relativamente bajo y de ser productos sanitarios. Sus limitaciones residen en la ausencia de propiedades osteogénicas y en resultados a veces menos previsibles que los obtenidos con otros tipos de injertos.